Observaciones del 17 y 18 de abril y 4 de mayo.
Comparto la reseña de una actividad con doble significado. Iniciada en las aulas del IES Galileo bajo la observación de nuestras compañeras del IES Parquesol, y llevada a las aulas de infantil del CEIP Narciso Alonso Cortés.
Los alumnos de 1º ESO prepararon un cuento en inglés para contar a niños de 4 y 5 años.
Y luego, como pequeña celebración del día del libro, fueron a contárselo.
Experiencia inolvidable.
Fue una propuesta novedosa de Ana, que en una de sus clases explicó a sus alumnos de 1º British (y a nosotras) cómo escribir y editar un cuento para niños de 4 y 5 años.
Siguiendo sus instrucciones, Sol se apuntó también con su grupo de 1º Sección Bilingüe. El proceso fue de lo más interesante.
Explico un poco el planteamiento de Sol: Había que traer la idea pensada para trabajarla en grupos a la vuelta de vacaciones.
Cada historia debía contemplar estos puntos:
Acción
Personajes
Tiempo
Lugar
Interacción con el público
Recursos literarios
Edición y formato.
Cada grupo elabora un borrador que la profesora corrige. Pero la segunda corrección ya es a cargo del grupo, porque también está valorada.
Hay dos sesiones de ensayo, antes de la prueba de fuego, pero a éstas no asisto.
Asisto a la jornada final, la representación de los cuentos en el CRIE Narciso Alonso Cortés, el 4 de mayo. Celebración tardía del día del libro. O un Día del Cuento particular.
Hacemos dos grupos, uno para los alumnos de Ana (Trabajaremos con los niños en el patio) y otros con los alumnos de Sol. (Trabajaremos con los niños en el aula.)
Cada grupo de contadores tiene su propio público, que va cambiando cada 10 minutos.
Sorprende la buena organización de los niños, las aulas tan preciosas, lo bien que se portan, cómo obedecen, cómo se fían, con qué atención escuchan y participan.
Me sorprende sobre también (y no debería) la disciplina de los nuestros, lo bien que lo llevan preparado, cómo han organizado su participación, sus esfuerzos para mantener la atención de los niños.
Es precioso también cómo han buscado formatos distintos: Hay cuentos desplegables, páginas sueltas que van de mano en mano, cuentos sobre pantalla digital con vacas que hacen MOOO, y muchísimos dibujos y fotos, y preguntas divertidas para llamar la atención.
Y luego, como ocurre cuando los cuentos se cuentan muchas veces, al final los contadores ya se han adaptado del todo al público, y el relato se alarga o se acorta, las intervenciones se modifican y todos los espontáneos son bienvenidos. Veníamos con 20 cuentos, ¡y regresamos con 200!
Ambos contadores y público han quedado encantados. La observadora, mucho más.
Creo que es la actividad en la que más he aprendido y que más me ha divertido. Y creo que debería hacerse todos los años. Lo mismo opinan en el CEIP, que han escrito al centro para agradecer la actividad. La que se siente agradecida soy yo, porque la actividad está llena de encanto.
El día de hoy me ha recordado por qué me gusta mi trabajo. Y de verdad que no hay muchos días así.
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