Laura Sáiz:
Un martes a primera hora entramos en clase de biología.. ¡cuanto tiempo hace que no íbamos a una clase de biología!
La clase empezó con un repaso de lo visto en la sesión anterior. Celia hizo que los alumnos participasen en el repaso y les refrescó la memoria (y a nosotros también). Cristina era la alumna aventajada porque ya se sabía todas las respuestas sobre el aparato excretor.
Después, pasamos a ver los nuevos contenidos sobre la nefrona y el funcionamiento del riñón. Lo que más nos gustó es que les facilitó una ficha para que pintaran las diferentes partes según las iba explicando con un dibujo en la pizarra. Los alumnos estaban muy concentrados escuchando y trabajando a la vez. El dibujo les hacía preguntar y fijarse bien en las diferentes partes de la nefrona.
La siguiente actividad fue de viajes. El alumnado tenía que imaginarse ser una sustancia diferente e indicar el recorrido que hacía por el cuerpo en general hasta llegar al aparato excretor. Por ejemplo, el recorrido de una glucosa.
Tanto el tipo de actividades como la metodología fueron muy variados. Nos gustó especialmente lo claramente que explicaba conceptos tan complicados y un vocabulario tan específico como los nombres de las diferentes partes del riñón. Siendo profesores de humanidades, nos llamó la atención el vocabulario tan específico que se utiliza en clase de ciencia.
Los alumnos estaban muy tranquilos y fueron siguiendo los pasos de las actividades sin complicación aparente. El hecho de utilizar imágenes y pintarlas hace que otras áreas del cerebro funcione y el aprendizaje sea más completo.
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